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Los primeros 100 días de Trump en el poder han dado para mucho, pero hay dos imágenes que resumen, de momento, su segundo mandato: Trump con su famoso cartelón de aranceles, anunciado su caótica guerra comercial contra todos, que ya ha puesto en riesgo su propio crecimiento económico, y su desprecio a Zelensky en el Despacho Oval. 100 días gobernando a golpe de decreto, marcados por su cruzada contra la inmigración irregular, con deportaciones masivas por sus ansias expansionistas con Groenlandia o por aniquilar las políticas de diversidad. 100 días en los que se ha alineado con Putin para tratar de poner fin a la guerra de Ucrania; tampoco en Gaza lo ha conseguido. A cambio propuso convertir la franja en un resort. 100 días despreciando a todos: a sus socios comerciales y también a los periodistas, solo por rebatirle al darle con una entrevista la oportunidad de su vida por haberle elegido. Con una aprobación mínima, que ronda el 40% según las encuestas, anoche celebró sus 100 días a su estilo. Él asegura que la mejor presidencia del mundo no ha hecho más que empezar y amenaza con un tercer mandato.