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El río Guadalmedina busca su curso por el centro de la ciudad. Un cauce que normalmente está seco va cargado de agua, casi desbordado, hacia la desembocadura, y al este de la ciudad el Arroyo del Mayorazgo al límite. El agua corre escaleras abajo por Málaga, un torrente que atraviesa calles e inunda el centro de la ciudad. Un chico no se lo piensa dos veces y en medio de la corriente acude al rescate de una mujer. Con el agua por las rodillas y en brazos la aleja del peligro. Calles bloqueadas por la riada. El torrente es tan potente que deja inmóvil a una pareja en la calle Victoria, no pueden ni avanzar ni retroceder. Lo mismo le ocurre a otro viandante en otra céntrica calle. Desde un autobús urbano, los pasajeros presencian cómo brota el agua de los sumideros y cubre las calles. El nivel sigue aumentando hasta que se cuela en el interior del bus. Conductores a los que el torrente sorprende en carretera ante la atenta mirada de vecinos y el temor de que queden atrapados. Coches casi cubiertos, conductores que intentan escapar o abandonan el vehículo ante la imposibilidad de continuar. El agua no tiene freno y arrasa el club hípico de Málaga, donde 41 caballos y 39 perros han sido rescatados. El sonido del caudal no cesa y el agua sigue buscando su curso colándose por cada rincón. Chorreantes los techos de la Universidad de Málaga y del cercanías. El agua alcanza negocios y se adentra en el Hospital Clínico de Málaga. Una ciudad azotada por unas lluvias torrenciales que mantiene a la población alerta.

-Redacción-